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EL ALMUERZO DESNUDO

de William Burroughs

 

Una obra retorcida que me llevó del asco al éxtasis. De esas novelas que, junto con Ponche De Ácido Lisérgico de Tom Wolfe, producen estados alterados de conciencia tal como si hubieras consumido una sustancia psicodélica, sólo con la lectura.

 

Este libro pone en relieve nuestras propias adicciones y da la sensación con sus letras (sobre todo en esta época) de que estamos experimentando una sobredosis de tiempo. Publicado en 1959 y llevado al cine por David Cronenberg en 1991, <<Link de la película: https://www.youtube.com/watch?v=EIQl1TWRzRA>> te dejo las palabras de introducción del autor y, ya sabes, envíame un mensaje si quieres el libro completo:

 

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[...] el título fue sugerido por Jack Kerouac. Hasta mi reciente recuperación no comprendí lo que significaba exactamente lo que dicen sus palabras: ALMUERZO DESNUDO: un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores.

 

La Enfermedad es la adicción a la droga y yo fui adicto durante quince años. Cuando digo adicto quiero decir adicto a la droga (término genérico para el opio y/o sus derivados, incluyendo todos los sintéticos, del demerol al palfium). He consumido la droga bajo muchas formas: morfina, heroína, dilaudid, eucodal, pantopón, diccodid, diosane, opio, demerol, dolofina, palfium. La he fumado, comido, aspirado, inyectado en vena-piel-músculo, introducido en supositorios rectales. La aguja no es importante. Tanto da que la aspires, la fumes, la comas o te la metas por el culo, el resultado es el mismo: adicción. Cuando hablo de adicción a la droga no me refiero al kif, la marihuana o cualquier preparado de hachís, mescalina, Bannisteria caapi, LSD6, hongos sagrados, ni a ninguna droga del grupo de los alucinógenos... No hay pruebas de que el uso de algún alucinógeno produzca dependencia física. La acción de esas sustancias es fisiológicamente la opuesta a la acción de la droga.

 

El celo de los departamentos de narcóticos de Estados Unidos y otros países ha dado lugar a una lamentable confusión entre las dos clases de drogas.

 

He visto el modo exacto en que actúa el virus de la droga a lo largo de quince años de adicción. La pirámide de la droga: cada nivel devora al de abajo (no es casualidad que los de arriba sean siempre gordos y los adictos de la calle siempre flacos) hasta el punto más alto, o los puntos más altos; porque hay muchas pirámides de la droga alimentándose de las gentes del mundo y todas construidas sobre los principios básicos del monopolio:

 

1. Nunca des por nada.

2. Nunca des más de lo que tienes que dar (tener al comprador siempre hambriento y hacerle esperar siempre).

3. Recupera siempre todo lo que te sea posible.

 

El traficante siempre lo recupera todo. El adicto necesita más y más droga para conservar forma humana... para espantar al Mono.

 

La droga es un molde de monopolio y posesión. El adicto aguanta mientras sus piernas drogadas le lleven directo a recaer sobre el rayo de droga. La droga es cuantitativa y mensurable con gran precisión. Cuanta más droga consumas menos tienes y cuanta más tengas más usas. Todos los que utilizan alucinógenos los consideran sagrados —hay cultos del peyote y la bannisteria, cultos del hachís y de los hongos («los hongos sagrados de México permiten al hombre ver a Dios»)—, pero nunca nadie ha sugerido siquiera que la droga sea sagrada. No hay cultos del opio. El opio es profano y cuantitativo como el dinero. He oído que en la India hubo una vez una droga beneficiosa y no adictiva. Se llamaba soma y se representa como una hermosa marea azul. Si el soma existió alguna vez, el traficante logró embotellarlo y monopolizarlo, y venderlo y convertirlo en la misma DROGA de toda la vida.

 

La droga es el producto ideal... la mercancía definitiva. No hace falta literatura para vender. El cliente se arrastrará por una alcantarilla para suplicar que le vendan... El comerciante de droga no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto. No mejora ni simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente. Paga a sus empleados en droga. Recuerdo una conversación con un norteamericano que trabajaba en la comisión para la fiebre aftosa, en México (cobraba seiscientos al mes más gastos):

 

—¿Cuánto durará la epidemia? —pregunté.

 

—Mientras podamos hacerla durar... Sí... tal vez surjan otros focos en Sudamérica —dijo, como soñando.

 

Si se quiere alterar o anular una pirámide de números en relación serial, se altera o se elimina el número base. Si queremos aniquilar la pirámide de la droga, tenemos que empezar por la base de la pirámide: el adicto de la calle, y dejarnos de quijotescos ataques a los llamados «de arriba», que son todos reemplazables de inmediato. El adicto de la calle que necesita la droga para vivir es el único factor insustituible en la ecuación de la droga. Cuando no haya adictos que compren droga, no habrá tráfico. Pero mientras exista necesidad de droga, habrá alguien que la proporcione.

 

[...]

 

La droga es un negocio grande; siempre hay maníacos y especuladores. Puesto que EL ALMUERZO DESNUDO trata de este problema, es brutal, obsceno y repugnante por necesidad. La Enfermedad suele tener detalles repulsivos no aptos para estómagos sensibles. Ciertos pasajes del libro que han sido calificados de pornográficos están escritos como una proclama contra la pena de muerte. Estas secciones pretenden poner al descubierto que la pena capital es un anacronismo obsceno, bárbaro y repugnante. Como siempre, el almuerzo está desnudo.

 

Si los países civilizados quieren volver a los ritos druídicos de la horca en el Bosque Sagrado, a beber sangre con los aztecas o a alimentar a sus dioses con sangre de sacrificios humanos, que vean lo que de verdad comen y beben. Que vean lo que hay en la gran cuchara de las noticias.

 

Tengo casi terminada una secuela de EL ALMUERZO DESNUDO. Una extensión matemática del álgebra de la necesidad más allá del virus de la droga. Porque hay muchas formas de adicción, creo que todas ellas obedecen a ciertas leyes elementales. Con palabras de Heiderberg: «Quizá éste no sea el mejor de los universos posibles pero es muy probable que sea uno de los más simples. » Si el hombre logra VER.

 

WILLIAM BURROUGHS

El Almuerzo Desnudo

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